Pilar y Carlos se conocieron hace 11 años en la universidad, casarse era el siguiente paso lógico tras años cargados de emociones, viajes aventuras juntos. Aunque consideraban que el motivo principal era darle formalidad en ningún momento perderían la ilusión ni las ganas en su gran día. Unos meses antes de su gran día estuvimos de sesión de pareja.
Llegó el 16 de Marzo y con él la boda de estos dos romanticones. Empezamos el día con los preparativos en casa de Carlos en Somió, Gijón, para luego ir al Parador del Molino Viejo, justo al lado de el Estadio del Molinón. Pilar que a menudo es compañera de bodas ya que es maquilladora profesional, a diferencia del resto de días, estaba nerviosa, y es que hoy la luz natural la iluminaba a ella. Yolanda Abarrio y Carlos Roldán serían los encargados elegidos para el maquillaje y la peluquería respectivamente. El vestido de novia sería una diseñadora local de Jerez, elegante y sin duda único, en la mano de Pilar como en la iglesia y en el banquete, Claudia y su marido de Las Flores de Canela pondrían color con ramo y centros para la ocasión.
Poco más tarde llegamos a la iglesia de San Julián de Somió donde Carlos ya aparecía engalanado saludando invitados con su traje del ya archiconocido Trajes Bernardo, Oviedo, sin embargo la ceremonia no comenzaría hasta la llegada del Cadillac Fleetwood con la novia. Rodeados de familia y emoción, y también alguna que otra lágrima, la pareja firmó los papeles para el Registro Civil instantes antes de ser recibidos por una lluvia de pétalos. Para la sesión de pareja aprovecharíamos los alrededores de la iglesia y la llegada al Roblón de Castiello donde tendría lugar el resto del día.